LA HIGUERA DE NEBRIJA

Más allá de la guerra económica, existe algo peor. Unos lo llaman la  invasión silenciosa de China en Occidente.
Otros lo consideran las hordas arrojadas por la ingeniería social de Soros y los suyos, para replicar el modelo de la sociedad confunciana de China, en el ya moribundo Occidente judeocristiano y grecorromano. 
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Sea como fuere, se trata de algo muy serio, que nadie se atreverá a levantar la voz para poner los puntos sobres `las íes`. De momento, el mundo occidental vuelve a encontrar un soplo de esperanza con los líderes que defienden la libertad. 
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El problema chino no es económico, eso es 'el chocolate del loro'. La  intención  de China era provocar una gran crisis financiera y monetaria a todos los niveles, de tal forma que quebrasen los grandes bancos centrales, como el europeo, y con ello se arrastrase a la reserva federal americana. El dinero fiat desaparecería, y vendría una nueva moneda digital, con un solo banco central mundial, al servicio de Soros y China. 
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La idea era crear  un mundo woke  mediante una ingeniería social, que ha sido macábramente diseñada, con precisión 'de bisturí', especialmente en la última década.
A ello ha contribuido de forma bárbara un virus artificial, en un mundo occidental totalmente desnortado, con la guerra de Ucrania, para desestabilizar a Europa, y la amenaza de Irán el el extremo Oriente, que podría estallar en cualquier momento. Estaríamos hablado de armas nucleares, proporcionadas por China o Rusia a Irán.  
De momento,todo ha quedado en unos drones lanzados desde Irán a Israel. 
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En la agenda 2030, todo está previsto para que estalle una gran crisis económica que traiga consigo el fin total de Occidente, empezando por la caída de su baluarte, los Estados Unidos de América, y hundir así al buque insignia del capitalismo. 
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Se esperaba que en unos pocos años,  las  naciones quedasen  vacías de valores y de soberanía, con unos estados que al igual que sucede en China,  tengan total dominio de la población mediante la justicia, la policía, mas la recaudación indiscriminada de impuestos, con las cárceles al servicio de esbirros, además de la invasión de otras culturas que no tienen nada que ver con la occidental. 
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A ello le añadimos una población sin una educación de calidad, con estudiantes sin juicio crítico, a las órdenes del pensamiento único.  Los disidentes o intelectuales, 'cortarles la cabeza' lo antes posible mediante las herramientas de miedo, tortura o muerte. 
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Vamos camino de un estado como el de China, donde el individuo no cuenta nada, y su vida vale cero, sólo importa la sociedad, es decir, el estado. Se cambia la religión de Jesús, por la filosofía de Confucio, como pilar de la sociedad, y el que quiera creer en algo, sólo le quedará la opción de la reencarnación. 
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Se pierde por completo las tres patas de la democracia de ciudadanos libres e iguales, como son la solidaridad, fraternidad e igualdad. El estado sustituye a la familia y a Dios, y todo aquel que no ya sea útil para el estado, lo mejor es matarlo socialmente, e inducirlo a un suicidio, sin oportunidades de trabajo, rompiendo la familia, y aislándolo de la sociedad, en una sociedad cuya población ha sido deshumanizada, y en la que ningún ciudadano se apiadará de estos seres débiles que ya no son de provecho  a la sociedad. Eso es lo que está pasando ya en ciudades como alguna por Canadá, que no es Montreal. 
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Se llegará a superar esta loca distopía orwelliana, y llevarnos de esa forma a una sociedad a más que podrida a nivel mundial.
Es cuestión de de dos o tres generaciones, siempre que se pueda controlar a los gobiernos de esos estados, mediante la economía, o colocando a un presidente marioneta del wokismo, como es el caso de España. 
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Una vez introducido ese mal, Lo primero es enfrentar a la sociedad y  prohibir la libertad de expresión en la medida de lo posible, tras lo cual vendrán severas penas de cárcel, con un código penal en que todo vale para acabar con la libertad de expresión de la sociedad quedará anulada por completo, con los severos castigos de índole penal, o cualquier nombre o eufemismo, como la difamación, delito de odio, delito contra el honor de la persona, etc.
Así sucede ya en supuestas democracias como España, y cada día va a peor, hasta que se llegue a estados como el de Venezuela, en dos generaciones máximo. 
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‘Tres cuartos de lo mismo’ sucede con el tema de la religión, Al igual que sucede en China, el estado es Dios, y las familias serán monoparentales, para sacar al hombre de esa institución, como era el matrimonio, y dejar al estado el control de los niños, y el rol de un padre en la familia. 
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Para los disidentes sólo existe la cárcel, eutanasia,  o el suicidio, y para  el resto de la  población algo disconforme, se le proveerá con fútbol,  telebasura, además de psicólogos, psiquiatras, drogas, alcohol, aborto, eutanasia, etc.
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Sin familias, con los viejitos abandonados a su suerte. Así sucede en China, Corea del Norte, y dentro de poco, Europa. Lo siguiente será el resto del mundo, si Dios no lo remedia. 
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Es lo que sucede en España con los los mal llamados juzgados de la mujer, y el ministerios de la mujer, con el único fin de acabar con el rol del  hombre, y al disidente, se le imponen ya unas penas leoninas de cárcel, por sus pensamientos, deseos, o sentimientos, en lugar de por sus actos. 
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Los niños en España corren el riesgo de abusos pedófilos, con el ministerio comunista de los niños que promueve la pedofilia, y rompe por completo las familias.
Mujeres solas, sin hombres a su lado, ya no saben ni lo que son. Esto mismo, ya sucede en países y ciudades que han caído en manos de Soros y los suyos, en donde la comunidad China ya controla la sociedad, y en una o dos generaciones, serán los que dominen la economía y la política, con el objetivo de ir a por los Estados Unidos, por todos los flancos de tierra mar y aire. 
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Con estas palabras 'a voz de pronto'y escritas en un santiamén, concluyo la presentación del libro “La higuera de Nebrija”, porque no se me facilita un solo lugar para poder hablar en persona. 
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Todo el mundo Occidental se está convirtiendo en China, en donde el ser humano pierde su alma, y se la vende al estado, y eso supone el fin de la humanidad, y el comienzo de una nueva era. 
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Necesitamos a un nuevo Reagan, y a un Juan Pablo II que paren de una vez por todas esta locura de un mundo woke,  al igual que pasara en su día con el comunismo.
No hay que perder nunca la esperanza. 
 
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