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Canadá
¿A dónde Vas?
!QUIÉN TE HA VISTO, Y QUIÉN TE VE!
Este mundo, tal y como tenemos el gusto de conocer, no ha enloquecido, ni tampoco ha degenerado, simplemente se ha transformado en otra cosa diferente.
Bien es sabido, que las palabras se las lleva el viento, por eso dejemos a la imaginación de los escritores, todo tipo de relatos fantásticos.
Digamos que hablamos de Canadá. Un gran país, al que le falta algo imprescindible; el pegamento, que cree una civilización robusta, con valores comunes, y sustentada en una familia sólida, más una religión común. Es sota, caballo o rey.
Si uno de estos ingredientes no existiese, cualquier virus que venga de fuera, puede acabar con un país sin defensas, en el sentido patriótico, y una ideología como la woke, y es cuestión de tiempo el demoler por completo los pilares de un maravilloso país, que se estaba constituyendo como el más grande del mundo.
Corre el gran riesgo de convertirse en país hueco de valores, donde la libertad de expresión, ya empieza a ser preocupante, y si las familias ni existen, ni se les esperan, salvo a las que vengan de invasiones bárbaras, por la parte asiática, u oriental, muy al contrario de lo que le pasó al imperio romano, cuyas invasiones bárbaras provenían de la parte occidental, como los territorios germanos.
Sin ánimo de querer meter el dedo en la llaga más de la cuenta, un país que trata mejor a los refugiados, o a ciertos hijos del pasto woke, como los que se apropian del gran parte de las letras del abecedario (LGTB), reciben mejor trato, y calor humano, que alguno de sus ciudadanos más débiles, y esto no es que sea preocupante, sino alarmante, y en grado máximo.
Por ahí se empieza a fraguar el desguace de un país, y mal camino presagiaría sobre cómo puede acabar esta fiesta woke, en Canadá. Hasta el mismísimo oráculo de Delfos, no se atrevería a decir una sola palabra que negase la evidencia, de la posible historia de la muerte de una crónica anunciada.
La immigración tiene que ser siempre residual, y si procede de otras culturas con diferentes religiones, se tiene que adaptar en varias generaciones, no siendo el caso de los bárbaros orientales de algún país, que ya ha instalado su primera colonia en territorio canadiense, y a buen entendedor, sobran palabras.
Hasta la política ha caído en sus manos, y pondría la mano en el fuego, de los políticos que van alardeando de ser más papistas que el papa, en lo que a sentimiento canadiense se refiera, no son más que un apéndice bárbaro, que antes o después, germinará en su propia cultura, destruyendo el país donde se han asentado a modo de virus silencioso.
Alguna gente, mal llamados migrantes, pasen las generaciones que pasen, nunca asimilarán los valores judeocristianos, ni grecorromanos, con sus variantes anglosajonas, o francas, porque para ello tendrían que tener una mentalidad de venir a un país a enriquecerlo, con su aportación cultural, y jamás a invadirlo, acabando así por completo, con la nación original, que un día no muy lejano, diera lugar a gran un país llamado Canadá. En dos palabras:
Diversidad siempre, invasión, nunca.
Una inmigración que no sea residual, sino invasora, trae consigo una serie de consecuencias, nada halagüeñas para lo está por acontecer. No hay nada más que ver la realidad de lo que está pasando cada día.
Desgraciadamente, el que se atreve a decirle 'al emperador que va desnudo', le cortan la lengua, y si se tercia, hasta la misma cabeza.
El que tenga ojos que lea, y a quien no le interese, que tiene siempre la oportunidad de ir a un LCBO o SAQ, para comprar una botella de vino, o a una tienda de venta de cannabis, con el noble fin de evadirse a otro mundo paralelo a la cruda realidad, y más vale no ser conscientes de lo que está pasando en el año 2025, y a un país considerado como el mejor lugar sobre la faz de la tierra, pero poco a poco, se está convirtiendo en un cascarón de huevo vacío, sin una sociedad sin valores homogéneos que la una como una gran patria, y sin unos pilares que les sirvan para sostenerse como nación, como son la familia, la economía, y la religión.
Nada pasa por casualidad en esta vida, sino porque lo van desintegrando unos bárbaros venidos de tierrras orientales, a los que tan sólo les ha hecho falta implantar una ideología woke durante estos últimos 10 años, fruto de la ingeniería social de poderes supranacionales, que están enfocados a una nueva era, con un nuevo imperio, en el que Dios no exista, ni por asomo.
A la historia me remito, porque el que no la conoce, acabará repitiéndola. ¿Qué le pasó a Babilonia, o a Sodoma y Gomorra?
Nada en esta vida es infinito, salvo Dios.

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